• I. de Moctezuma 6, Cáceres | 927 240 918
  • Lun-Vier 9:00-14.00 / Lun-Jue 16:30-20:30

Retina médica y quirúrgica

Degeneración macular asociada a la edad DMAE

La mácula es la parte central de la Retina localizada entre las arcadas vasculares temporales y al lado del nervio óptico. Es la zona encargada de distinguir los detalles finos del centro del campo visual.
La maculopatía más frecuente en pacientes mayores de 60 años es la degeneración mácula asociada a la edad DMAE o DME y es la causa más frecuente de baja visión en adultos.

Causas

La degeneración macular DMAE es una enfermedad multifactorial con base genética. No se conocen en detalles las causas que llevan al desarrollo de esta patología pero se han identificado factores de riesgos asociados:

  • Antecedentes familiares de DMAE
  • Raza Blanca
  • Tabaquismo
  • Dietas ricas en grasas saturadas
  • Ser mujer

En el fondo de ojo se distinguen diferentes lesiones y signos que clasificarán la DMAE en seca o húmeda.
La DMAE seca presenta en el fondo de ojo lesiones amarillentas de depósito, alteraciones pigmentárias y adelgazamiento vascular. Generalmente, todas las DMAE empiezan por su fase seca y preceden las húmedas.
La DMAE húmeda se diferencia de la seca por la presencia de membranas neovasculares y líquido intraretiniano o subretiniano acompañados, a veces, de sangrado localizado. Este tipo de DMAE, si no se trata correctamente, puede llevar a la pérdida casi completa de la visión.

Síntomas de DMAE

En el caso de la DMAE seca, los pacientes sufren visión borrosa central progresiva en el tiempo que les dificulta para leer y ver las caras de las personas.
Cuando una DMAE pasa a ser húmeda, el paciente empieza a ver las lineas distorsionadas. Esto se debe al exudado intraretiniano que desestructura la mácula.

Diagnóstico de la DMAE

La DMAE se diagnostica con una exploración del fondo del ojo con oftalmoscopio directo o indirecto. Las pruebas complementarias, cuales la OCT y la angiografía, ayudan al especialista a confirmar el diagnóstico y a elegir el tratamiento más adecuado.

Tratamiento de la DMAE

La DMAE es una enfermedad crónica sin cura definitiva. Los tratamientos disponibles hasta el momento sirven para frenar la evolución de la patología y limitar los daños a los fotoreceptores.
En todas las DMAE es recomendable tomar integradores alimentarios y vitaminas para reducir el daño oxidativo, sobre todo si el paciente no sigue una dieta completa rica en verduras y omega-3.
En las formas húmedas, el tratamiento de elección es la inyección intravítrea de fármacos anti-vegf. Estos fármacos sirven para reducir el tamaño de las membranas neovasculares hasta secarlas completamente. Generalmente se necesitan más de 3 inyecciones para conseguir los resultados esperados.

Maculopatía miópica

Los pacientes que sufren alta miopía pueden desarrollar una membrana neovascular y un edema macular muy parecido a la DMAE húmeda. A diferencia de esta última, suele responder algo mejor y más rápido necesitando, generalmente, menos inyecciones.

Edema macular diabético y retinopatía diabética

Los pacientes con Diabetes Mellitus sufren alteraciones vasculares llamadas microangiopatía debido a la presencia de altas concentraciones de glucosa en sangre. La retinopatía diabética y el edema macular son la expresión ocular de esta patología.
La retinopatía diabética se clasifica en proliferante y no proliferante. La forma más severa es la proliferante por el alto riesgo de ceguera por sangrado intraocular.
El edema macular es otro aspecto de la misma enfermedad. Debido a las alteraciones vasculares propias de la diabetes, las venitas de la mácula pierden líquido y se pueden inflamar causando un edema macular y la pérdida de agudeza visual.
Los pacientes con edema macular notan pérdida progresiva de agudeza visual, tienen dificultad para leer y reconocer las personas hasta tenerlas muy cerca.
El tratamiento de elección de la retinopatía diabética y del edema macular es una combinación de fotocoagulación láser e inyecciones intravítreas de fármacos anti-vegf y corticoides.
La prevención de la retinopatía diabética es extremadamente importante. Todos los diabéticos deben hacerse revisiones anuales para detectar los primeros cambios en el fondo de ojo además de llevar controles estrictos de la glucemia.

Trombosis de la retina: causas, síntomas y tratamiento

La retina alberga un complejo árbol vascular arterial y venoso que lleva los nutrientes a los fotoreceptores y las fibras nerviosas. En pacientes con alteraciones anatómicas o con factores de riesgo cardiovasculares, las venas pueden obstruirse dificultando el retorno venoso y causando lo que se conoce como trombosis de la retina. Esta se diferencia en central o de rama siendo peor la central.
La trombosis causa pérdida progresiva de la visión y el diagnóstico se confirma con la exploración del fondo de ojo.

Las pruebas complementarias como la OCT y la Angiografía son necesarias para ver en detalles el estado de la mácula y si existe isquemia coroidea.
La elección del tratamiento depende de la presencia de isquemia coroidea y de edema macular. Generalmente suelen combinarse la fotocoagulación láser de la retina y las inyecciones intravítreas de fármacos antivegf y/o corticoides.

Las inyecciones intraoculares en el Instituto de Oftalmología láser de Cáceres

Existen enfermedades de la retina que necesitan inyecciones intraoculares de fármacos específicos. En particular, todas las enfermedades que cursan con edema macular y/o neovascularización, pueden tratarse con inyecciones intraoculares de Anti Vegf. En algunos casos, cuando el componente inflamatorio es importante, se puede inyectar un corticoides tipo Ozurdex. 
Realizamos seguimiento mensual a nuestros pacientes con imágenes OCT de alta resolución para poder tratar sólo cuando lo necesitan.

Láser en la retina

El láser argon se ha ampliamente usado en oftalmología para el tratamiento de las patologías vasculares de la retina. Ha sido durante muchos años el único tratamiento para la retinopatía diabética y las trombosis de la retina. Además es el único tratamiento no quirúrgico disponible para los desgarros de la retina y todas las lesiones predisponentes a desprendimiento de retina.
Dependiendo de cada caso y patología, las sesiones de láser pueden durar entre 5 y 20 minutos y se realizan en nuestra clínica, sin tener que entrar en quirófano. Se instila anestesia tópica al paciente y, gracias a una lente de contacto especial, se visualiza la zona a tratar. Una vez realizada la sesión, se recomienda usar colirio antiinflamatorio durante unos 5 días. El paciente notará cierta visión borrosa las primeras horas después del tratamiento láser.

Visión de telarañas y moscas volantes

Unos de los motivos de consulta más frecuente es la visión de moscas o telarañas. Es una condición muy frecuente y que a veces se acompaña de luces o relámpagos al entrar en una habitación oscura.
La visión de moscas o de sombras se llama miodesopsias y ver relámpagos se llama fotopsias.
Suele aparecer principalmente en miopes o pacientes mayores de 40 años y su prevalencia es relativamente alta.
Las miodesopsias acompañan el envejecimiento del gel vítreo que, al encoger, forma pequeñas condensaciones que crean sombras en la retina. Además, puede dar pequeños tirones a la retina que el paciente ve como relámpagos.
Generalmente es un proceso benigno que no suele complicarse. Pero, en algunos casos, puede tirar más fuerte de la retina y provocar un desgarro que, si no se detecta y no se trata adecuadamente, puede convertirse en desprendimiento de retina.
Por esta razón recomendamos efectuar al menos un fondo de ojo en los pacientes que han empezado a ver sombras, moscas volantes o relámpagos.

Desprendimiento de retina

El desprendimiento de retina es la patología más temida por los pacientes ya que se trata de una urgencias oftalmológica y que necesita tratamiento en los primeros días tras su aparición.
Los síntomas más frecuentes  del desprendimiento de retina son: 

  • Visión borrosa súbita
  • Moscas volantes/telarañas de reciente aparición
  • Visión de cortina o mancha negra muy grande en los cuadrantes periféricos del campo visual.

Es muy importante detectarlo en su fase más temprana para poder operar y preservar la mácula y la visión central.
Si no se detecta a tiempo, la retina se desprende hasta llegar a la parte central (la mácula). En estos casos, el pronóstico visual se reduce considerablemente ya que se ven afectados los fotoreceptores y las células que envían las imágenes al cerebro.

Cirugía y postoperatorio del desprendimiento de retina

La cirugía del desprendimiento de retina se llama vitrectomía y suele realizarse con anestesia local o regional con infiltraciones perioculares. El paciente permanecerá despierto y deberá ayudar al cirujano en determinadas maniobras.
Generalmente es una cirugía que dura entre 40 y 60 minutos dependiendo del tipo de desprendimiento de retina.
En el postoperatorio inmediato y durante los primeros 7-14 días, el paciente permanecerá boca abajo y en reposo casi absoluto. Sólo se levantará para sus necesidades de aseo, para comer y ponerse el tratamiento. Esto se debe a que se coloca un gas especial dentro del ojo que ayuda a pegar la retina en su sitio. Dependiendo del tipo de gas, el paciente seguirá unos consejos posturales que pueden prolongarse hasta el mes.
En algunos casos más complejos o en casos de re-desprendimiento, el cirujano elegirá colocar aceite de silicona para asegurar la retina.